El Tongariro N.P. fue el primer Parque Nacional de Nueva Zelanda y el cuarto en todo el mundo. Todo un precursor de la protección de la Naturaleza. Dicen que tiene alguno de los trekks más bonitos del país. Mañana mismo empiezo por el Tongariro Alpine Crossing, 20 Km.
Subo al bus que nos ha de llevar al principio del trekk y a las 7.30 de la mañana ya estoy caminando. A la hora de camino el asunto se empina. Estamos ascendiendo entre dos volcanes: el Tangariro y el Ngauruhoe . Las montañas todavía están remoloneando en sus sábanas de bruma. Subimos hacia el sol.
Se supone que tenía que llegar a la primera planicie en 3 horas. Lo hago en la mitad, y los hay más rápidos, desde luego. (Oigo una vocecita en mi interior que dice: “…y que no fuman, capullo!”). Sigo subiendo y hago la cima del Red Cráter (1.886 mts). La vista es impresionante. Ya detrás y, casi, casi a la misma altura, el Mt. Ngauruhoe (2.287mts). Debajo, los Esmeralda Lakes y a la izquierda el Blue Lake. Impactante.
Voy bajando hacia los lagos. El agua hierve bajo la tierra, los gases salen por entre agujeros infernales y huele intensamente a azufre. Atisbos del inframundo.
El descenso, bordeando el Lago Azul, todavía es más bonito, con vista a todo el valle de Ketetshi y al lago Rotoaira. Creo que aquí la belleza natural llega ya al grado 10. Más no puede haber. No es un trekking duro y es de lo más espectacular del Mundo.
Ayer conocí a un chaval de Barcelona, Ramón. Es el primer catalán que veo en muchos meses. Me lo encuentro otra vez en la bajada del trekk y charlamos. Tiene 21 años y está haciendo el cuarto de Arquitectura en Melbourne con un Erasmus. Echa de menos a su familia. Quedamos para cenar. Seguro que hace meses que no prueba nada sanote y hago una ensalada de pasta y un estofado de pollo. Una cena agradable.
Parece ser que es ya temporada alta porque se están agotando alojamientos y transportes. Ya no puedo ir improvisando y me pongo a fijar viaje. Acostumbrado a ir a salto de mata me es difícil decidir pero ya me he llevado algún capón y no tengo más remedio. En los próximos 2 días tengo que tener todo ligado. O casi. Comemos otra vez con Ramón. Hoy hago una ensalada de guacamole y, de segundo, garbanzos con chorizo. El se ocupa de comprar vino. Es el trato. Luego de comer el ya sigue camino. Coincidiremos otra vez en el Monte Cook.
Se han hecho ya las 14.30 y me voy a hacer, con salida en el mismo pueblo, el Marton Sash & Door Trail, más concebido como pista de bicicleta de montaña que para caminar. Son casi 25 Km en todo tipo de terreno: bosque húmedo y seco, piedra, pinedas… cruzó un par de veces las vías del tren, hago algún trecho en carretera… Ayer en el Tangariro había un montón de gente y, en cambio, aquí, en casi 5 horas no me cruzo con nadie. Desde lejos, los volcanes observan.
Llegando al hostel, la luz del atardecer colorea de azul la bruma en la falda de los volcanes. Se me ocurre que, a su manera, se están dando un baño relajante antes de dormir. Este lugar es mágico.
Nuevo día y, por fin, a los pies del Ruapehu. Qué montaña más fascinante! Pillo al volcán todavía durmiendo en una mañana fresca. El bus me ha dejado aquí, en Whakapapa, y voy a hacer el Tama Trail.
Veo primero las Taranaki Falls, una pequeña y encantadora cascada que, ahora prontito, se puede disfrutar sin el barullo de visitantes que recibe más hacia el mediodía. Enfilo el sendero a Tama Lake. Hasta tener el lago a la vista, es terreno casi llano con vegetación de matorrales y helechos. Mientras, el Ruapehu va despertando y domina soberbio la llanura. Al llegar al lago, la visibilidad es ya perfecta y la vista espectacular, pero….ni comparable a la que te encuentras en los morros cuando subes al Upper Tama Lake, ya con sendero empinado a tope. Allí, en la cima de la colina, Tama Lake y Mt. Ruapehu forman una de las parejas más increíblemente bellas del Mundo. Una delicia.
El viento en la cima es huracanado. Cuidado, cuidado. Una ráfaga me hace dar un salto atrás. Da miedo. Tengo que poner una rodilla en tierra para no salir disparado. Espero unos segundos para aprovechar una ráfaga más suave y salgo cagando leches.
El Ruapehu se puede ascender, pero a los maoris no les gusta. Lo mismo que el Uluru para los Anangu, para los maoris el Ruapehu es una montaña sagrada y, yo, desde luego, respeto esos temas. Esa montaña me llama, pero dónde estoy caminando es ya un regalo del cielo. No me hace ninguna falta subir al volcán.
La bajada, contra el viento, también se hace dura. Vuelvo a Whakapapa por el lower Track de las Taranaki Falls. Más de 5 horas todo el trekking. Fantástico. Muy aventurero.
No me doy cuenta de lo cansado que estoy hasta que me quito las botas. Una ducha y tengo buena parte de la tarde del domingo para escribir. Y toca colada. Estoy feliz, agotado pero feliz. Las plantas de los pies me duelen de veras. “Sin dolor no hay gloria”, dicen.
Lo que no he visto son Kiwis, esa especie de pollo silvestre picudo que es emblema del país y da apodo a los neozelandeses. Dicen que esta es zona para verlos. Ni rastro.
Un día más. Me voy a ver las Tupapakurua Falls. Primero hay que hacer como 3 o 4 Km por una carretera de grava pero, después, entras ya en un estrecho y peliculero sendero en el bosque Erua. El caminito es selvático a más no poder y con un sube y baja exigente que te lleva hasta ver las Tapapakurua enfrente, en una pared cortada a cuchillo. La vista alrededor es de vértigo. Debajo, en caída vertical, bosque cerrado totalmente salvaje mires por donde mires. El sendero sigue pero ya es un trekking de varios días. En el primer tramo no hay suelo donde poner pie y hay unas cuerdas clavadas a la pared para avanzar colgado. No me atrevo. Con un brazo inutilizado no estoy para heroicidades. Además tendría que volver sobre mis pasos porque hay muchísimos kilómetros por delante.. Media vuelta y para el hostel.
Y se acabó el Tongariro. He decidido que ya no voy más al Norte. El norte del Norte quedará para otra ocasión, si la hay. Las fuerzas, el tiempo y el presupuesto se acaban. Voy a ir, porque me llama mucho la atención, a ver y vivir el Taranaki desde New Plymouth, en una esquina al oeste de la isla.
El monte Taranaki es un volcán de forma casi perfectamente cónica, como siempre nos imaginamos a los volcanes. Dice una leyenda maorí que…
No, eso mejor lo cuento en el próximo capítulo…
Molt bones Nacho!
Sóc en Ramon, un plaer poder aparèixer en el teu blog! Vas ser una gran trobada en el meu viatge i ara ja segueixo el teu blog. Espero que tot estigui anant bé. Jo acabo de tornar de pasar uns dies a la Xina per estudis, quin gran pais, literalment. Ja només em queden unes cinc setmanes a Melbourne abans de marxar, això si, faré una mica de ruta abansde tornar a casa definitivament a principis de juliol. Espero que estiguis bé pensant en els pròxims destins, molts records!
Una abraçada,
Ramon
Hola Ramón¡ Un plaer. Encara estarás present a algun altre article. Ja ets part de Alas y Viento. Molts records a la teva familia amb els meus especials desitxos de salut i força. Una abraçada. P.D. Si algun dia vols escriure a la secció Amigos Viajeros esta a la teva disposició. El punt de vista de un jove viatgan per raó d estudis em semble molt interesant.