Manuel Julbe es de San Carlos de la Rápita y del Mundo. Por resumir rápidamente algo de su currículum como escritor, periodista, gastrónomo y viajero, fue Profesor de cultura española y de español en Nueva Caledonia, bibliotecario en el departamento de Filología española en la Universidad Le Mirail de Aix en Provence, corresponsal de Tiempo, El Periódico de Catalunya y diversos programas en Antena 3, COPE y Radio Nacional de España y, actualmente, es periodista en RNE-Baleares y publica en diversas revistas de España y del extranjero.
Como en su imprescindible libro «De sabores y Amores», D. Manuel escribe unos maravillosos relatos en los que mezcla gastronomía, viajes y erotismo y cómo, de esto último, en mi blog reconozco que hay poquísimo, ha accedido a enriquecerlo publicando, para esta sección de Amigos Viajeros, una de esas maravillosas narraciones que, desde luego, nunca me atrevería a preguntar si son pura ficción, fruto de su fértil imaginación, o bien tienen algo de experiencias propias.
No os lo perdáis.
ANA EROTÓMANA Y GLOTONA
El compartir una comida con Ana era toda una experiencia rebosante de sensualidad y casi, casi, peligrosa. Además de cocinar de forma refinada, una vez en la mesa y nada más empezar con los entrantes, la muchacha comenzaba a narrar, de forma detallada, un relato erótico sacado de la colección de libros libertinos que había heredado de su padre, matemático de la Sorbona y acérrimo coleccionista de literatura pornográfica. Ella se ganaba la vida escribiendo, con seudónimo, en las revistas de sexo y sobre las aventuras de una adinerada viuda que se pasaba la vida recorriendo los lugares más insólitos a la búsqueda del más prohibido de los placeres.
Durante el IV Congreso sobre cocina afrodisíaca, celebrado en la isla griega de Lesbos, tuve la oportunidad de que me invitara a una cena en el que cada uno de los platos tenía un sentido erótico. Empezamos con una ensalada del jardín virginal, en donde la lechuga, las tiras de tocino frito y los pequeños tomates se aliñaban con aceite virgen de oliva, páprika, ajo, mostaza y azafrán, tan ensalzado en las leyendas griegas por su alto poder afrodisíaco. Mientras, Ana iba rememorando, frase por frase, la novelita corta “ La señora de Mustelle y sus amigas”, que escribiera el francés Pierre Mac Orlan con el seudónimo de P. du Bourdel. Durante el segundo capítulo, la chica me sorprendió con un pollito frito con miel, receta de una cocinera del sur de los Estados Unidos y famosa por sus artes amatorias que volvían locos a los negros de las plantaciones. Un refrescante y ligero helado de menta puso punto final al tercer capítulo. Los cuatro restantes me los recitó regodeándose en las palabras más significativas mientras apurábamos las últimas copas de un Cirsión de Roda.
Tras noche tan cálida, Ana me preparó lo que ella denominaba “ El desayuno del sultán triunfador” compuesto de rodajas de naranja con Grand Marnier, aceitunas envueltas en tocino, huevos revueltos con carne de centolla, café y pastitas con fresones. Lo único que le rogué fue que se mantuviera callada.
Manuel Julbe.