Amigos Viajeros. Rafael Hernandez Viquez

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Rafa es un amigazo y ha viajado por todo Mexico como pocos. Escribe aqui sobre un tema… curioso y sensible: la herencia cultural de la Conquista. España contra México/España en Mexico/España a México.

Y de México, por extensión, quizas a toda América. Es un placer conocer que piensa un mexicano contemporaneo de pura cepa sobre cual ha sido la huella española en la cultura mexicana.

Tema MUY interesante. El punto de vista de un hermano.

 

MÉXICO Y ESPAÑA. HERENCIA Y TRADICIÓN

México es culturalmente megadiverso y recorrerlo me ha permitido apreciar nuestras raíces y tradiciones. Aún existen ritos muy arraigados que se convierten en verdaderos festejos  celebrándose tanto en los pueblos como en las ciudades. Aquí hemos crecido con un apego muy estrecho a nuestra historia, en la que España está íntimamente relacionada desde el encuentro de ambas culturas en el siglo XVI y espero que a través de este texto  sea posible  darles una breve reseña de ello.

En el México prehispánico existía una enorme diversidad de pueblos y culturas, con el origen de civilizaciones como la olmeca (cultura madre), la teotihuacana, la maya, la azteca-mexica y muchas otras que convergieron en el tiempo y permitieron el desarrollo de diferentes expresiones religiosas. La religión iba de la mano con la guerra, con el ciclo agrícola y la cosmogonía en general. Los dioses y diosas eran la naturaleza, sus elementos y los astros. Se les rendía tributo y sacrificio, los sacerdotes se ataviaban con los atributos de la deidad y al hacerlo se transformaban en la deidad misma. La personificación de otros seres mediante máscaras y trajes existe desde tiempos remotos.

Antes de la conquista, las tradiciones no trataban solo de expresiones dancísticas, musicales o plásticas libres a la imaginación y al talento de su creador, sino que cumplían también una función y en cada representación, ornamento y color había un símbolo. No hay un solo detalle sin un significado. Poco se sabe de los rituales antiguos y se conoce poco de las danzas y la música, salvo los sonidos preservados en los instrumentos del registro arqueológico. Lo que sobrevive es herencia transmitida de generación en generación y su evolución está ligada al encuentro de los dos mundos (el viejo y el nuevo). Las tradiciones arraigadas en los pueblos prehispánicos fueron vehículo para inducir a una nueva cultura por parte de los conquistadores. Hoy en día se celebran danzas, carnavales, rituales y representaciones teatrales de pueblo, originadas o adaptadas desde el mestizaje. Al igual que en esos tiempos pasados, los danzantes actuales se atavían de elementos simbólicos, pero ahora nos encontramos con representaciones de santos, moros, diablos, ángeles, hacendados, personajes bíblicos, todos ellos aporte de la conquista española. Mexico es un un pueblo habituado a la danza. Pareciera que ésta se convirtió en la herramienta ideal para transformar mentes, sustituir culturas y negar identidades. Hubo un aparente éxito ante los ojos supervisores de la iglesia, se conjuntaron de manera forzada percepciones del universo muy distintas, construidas bajo un sincretismo, y el equilibrio fue el surgimiento del secretismo. Hay elementos ocultos en las tradiciones que nos muestran que los pueblos prehispánicos nunca perecieron, sobrevivieron bajo los ojos de los evangelizadores.

En las danzas tradicionales actuales se celebra a la fertilidad de la tierra y sus frutos, a la lluvia, a los muertos… Algunas recrean eventos históricos y mitos, pero también se narran batallas y conquistas. Las representaciones del triunfo sobre los moros en España se reemplaza con la derrota militar indígena en América y originan una gran variedad de danzas de Moros y Cristianos. El nacimiento de Jesús se difundió a través de las Pastorelas, el Viacrucis en cambio coincidió con las fechas de inicio del ciclo agrícola, facilitando la aceptación de los pueblos a conmemorar la Semana Santa en la que Cristo es equiparado con el astro sol. Al iniciar la temporada de lluvias, referente de una buena cosecha, se celebra el Jueves de Corpus Christi por lo que no fue difícil compaginar ambos sucesos para que surgiera una tradición muy particular en la que se veneran a ancianas y ancianos con máscaras elaboradas con partes de agaves secos (maguey), fibras vegetales y lodo. Los materiales son también parte del ritual ya que evocan a la madre tierra. En otra región del centro del país hay una recalcada veneración a la ancianidad, existen danzas de viejos, en la que está muy presente el Ermitaño, personaje que se remonta a la Europa medieval. Estas danzas antes de la conquista eran dedicadas a Huehuetéotl el dios viejo, que también era el dios del fuego.

A mitad de año se celebran varias danzas relacionadas a la lluvia a lo largo del territorio nacional. Las fechas coinciden con los festejos al apóstol Santiago que, según la historia, llegó a evangelizar por la cordillera Cantábrica hasta las actuales Coruña y Cartagena,  por lo que se considera uno de los Santos Patronos de España. Al llegar el personaje a México prehispánico fue adaptado para personificar al protector de los indígenas. Además, su festejo ocurre en el mes de julio,  tiempo de lluvias. El personaje de Santiago pelea batallas contra los moros o contra los tastoanes (palabra derivada de tlatoani, máximo gobernante indígena). Montado en su caballo y espada en mano Santiago triunfa como benefactor de los pobladores, se hacen festejos y rezos para pedirle una lluvia abundante. Podríamos decir entonces que Tláloc (antiguo dios de la lluvia) sobrevivió en Santiago.

Algo similar se presenta en los últimos meses del año con la fiesta al Arcángel Miguel. Al centro y sur del país se conjuntan esta fiesta con ritos ancestrales referentes del culto al viento y el día principal se reúnen varias danzas, cuadrillas de participantes vestidos con alas doradas y cascos de madera que representan la batalla del Arcángel con Lucifer. En otro espacio de la misma celebración hay danzantes voladores, estos se cuelgan de un mástil de madera en cuyo ápice se fija un mecanismo giratorio del que penden cuatro cuerdas, de estas, cuatro danzantes se atan y se dejan caer, en cada giro del mecanismo la cuerda se alarga, después de un número de vueltas y al son de la flauta y del tambor los voladores tocan tierra. Al mismo tiempo, danzantes con coronas impresionantes de forma circular, construidas de varas, papel y plumas, de tamaño superior al cuerpo del danzante, avanzan con un paso coreográfico al son de la música, estos representan quetzales, un ave de plumaje verde brillante cuyas plumas eran destinadas a ornamentar los tocados o coronas rituales que simbolizaban a Ehécatl-Quetzalcóatl, deidad del viento.

España nos ha legado su lengua, nos ha traído también otras culturas como la árabe y la africana que ameritarían otras conversaciones. Es innegable que compartimos lazos culturales inquebrantables. Yo solo anhelo el respeto y el reconocimiento entre ambas naciones. 

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