Indonesia (2) El volcán Rinjani

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El Gunung Rinjani es, sencillamente, una putada. Una putada magnífica pero, al fin y al cabo, una putada. Hay que estar en forma y yo no lo estoy. Pensaba que sí lo estaba y va a ser que no. Pero vamos a por ello.

El primer día todavía es asumible. Son 6 horas para subir desde el valle de Sembalum, a 1.300 mtrs, hasta los 2.600 del Campo Base del cráter del volcán.

En el grupo somos, una pareja de chinos de la China, 2 chavales franceses de 25 años y servidor. Los chicos, como toros, claro. La pareja, él entre fuertote y gordote tipo campeón de lucha libre y ella pequeñita, ambos de unos 30 años. El chino se para cada 15 minutos resoplando y, después, nos adelanta cantando alegres canciones de su país. Pa verlo. A las 2 horas paramos y se zampa de todo: cacahuetes, dátiles, galletas y, del plato que nos preparan los porteadores con arroz, pollo y huevo frito no deja ni las migas. Este no llega, me digo. Emprendemos la marcha y, a los 10 minutos, los chinos se paran y ya no les vemos más hasta el Campo Base, al que llegan cuando los demás ya hemos cenado. Son 4 horas de subida más por sendas entre el bosque. Yo, con los franceses, sistema tortuga y liebre. Velocidad de crucero diesel sin apenas paradas. Llego a rebufo de los chicos.

Consejo de viajero: despues de un trekking, aunque tu cuerpo cobarde te pida, nada más llegar, tirarte en cualquier lado a descansar, no lo hagas. Media horita de paseo y estiramientos o, al día siguiente, tus músculos estarán tiesos como la mojama

Está muy nublado en el Campo Base y cae un chaparrón de los buenos. Ahora sí, me estiro en la tienda para 2, que tengo para mi sólo, como un caballo reventado. Atardecer frío y húmedo. Cena, sopita de pollo con verduras y arroz, y a dormir a las 19 horas como los niños buenos. Mañana atacamos la cima a las 2.30 de la madrugada. Me he quedado sin pilas en la linterna. Eso es de novato. Me pegaría de capones.

Al día siguiente, toque de Diana a las 2 horas y empieza lo bueno. O lo malo. Subiremos desde los 2.600 mtrs hasta los 3.725 en muy pocos kilometros. Las primeras 2 ó 3 horas son difíciles por el terreno: arena volcánica. Como caminar por la playa, pero «parriba». Los chinos abandonan en menos de 1 hora y los franceses me dejan atrás prestándome, eso sí, una linterna. No les sigo el ritmo. Me quedo solo con la montaña y la cosa se va poniendo fea, cada vez más vertical. Sufro como un condenado a galeras. Pájara de altura a los 3.000 mtrs. Me dà un mareo considerable y me da vueltas la cabeza como en un tiovivo. Trago de agua y andando porque, aquí, si te paras, te hielas. O hacia arriba o hacia abajo pero hay que moverse

Durante las 2 últimas terribles horas hago series de 20/40 pasos y paradas de un par de minutos. El corazón me va a mil y el aire se me hace pesado. Es un verdadero sacrificio y llegó más por tozudez que por fuerza. Hago cima a las 8.15. Muy contento, pero también muy perjudicado. Llego, textualmente, tambaleándose. Han habido momentos realmente duros en que me venían todos los malos pensamientos: que si a ver si me va a dar un ataque al corazón, que si a ver si me resbaló… Pero ya està. Bueno, ojo, que ésto no ha acabado: todo lo que sube baja.

Desde la cima se vislumbra, entre nubes, un lago color turquesa, el Danau Segara Anak (Hijo del Mar). Cuatro fotos y me bajo. Tengo las manos heladas a pesar de los guantes.

La bajadita son 6 horas más con alguna parada porque las rodillas me están matando. Llego al pueblo cojeando y sé que mañana será peor. En realidad, todo yo soy una piltrafilla. Entre que he pasado de los -5° ó -6° de la cima a los más de 30° del valle, que me he deshidratado a base de chorrear sudor, más los puñeteros mosquitos, el mal de altura y el agotamiento, me encuentro fatal. Antes de caer catatónico en la cama me dá tiempo a comer un poco de arroz y pescado. Los ojos se me cierran…Y ya no recuerdo más. Mañana seguro que sí me acordaré: de la montaña y de su santa madre. Lo que quede de mis músculos ya me harán memoria.

A la mañana siguiente, tras otro viajecito en microbús y motos varias, llegaré a Bangsal donde espero cojer un barco hacia Gili Air. Merezco un descanso.

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