Inglaterra (y 2) Londres. El pequeño Mundo.

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Ni rastro del Londres lluvioso. Sol primaveral. Me busco un hostel en Camden Town, el barrio màs canalla, interracial y bohemio de un Londres mil leches donde conviven como pueden  orientales, africanos, blancos europeos, árabes, indios, turistas y todo tipo de seres más o menos humanos buscándose la vida en un micromundo de 60 km cuadrados.

En Londres hay de todo y mucho. Impacta a los sentidos. Monumentos políticos, religiosos y guerreros, tribus urbanas, vendedores de marihuana, borrachos pendencieros, pubs cerveceros, parques de cuento, homeless drogadictos, grupos de quinceañeras casi en pelotas, gurkas, bobbies, músicos callejeros, banqueros, ejecutivos y corredores de Bolsa, artistas urbanos… Fish and chips, chicken and chips, food trucks, paradas de mercachifles con todo tipo de comidas grasientas, hamburguesas, pasteles, salchichas, pastries ingleses, sandwiches, cerveza a raudales, vinos de regulares a malos, gin,… Atracciones, museos, anticuarios, grandes almacenes, obras de teatro, músicos, mimos, magos, pallasos, titiriteros y equilibristas callejeros… Punkies, góticos, hippies, emos, rastas, rockers…

Londres es un circo, un zoológico, un baile de disfraces, una selva. Es un espectáculo. De tanto colonizar el mundo supongo que el mundo ha acabado por colonizarles a ellos. Y Camden Town es el mínimo común múltiplo y el máximo común denominador de todo eso. Cada 5 minutos pasa un coche de policia con la sirena a todo meter. Cada 15 minutos una ambulancia y cada hora un camión de bomberos. Un barrio complicado éste. Camden y Londres son lo contrario a la calma, quizás con la excepción de los parques. Ni rastro tampoco de la flema inglesa.

Para ver esta ciudad bastan 2 jornadas a tope si estás dispuesto a caminar 25 ó 30 Km al día. Y el Metro ayuda. Una mañana para desembarcar en Charing Cross y, desde Trafalgar Square, acercarte a Buckingham Palace por The Mall, ver el cambio de guardia, pasear por Hyde Park y Saint James, patear Nothing Hill Hate y Portobello y, de vuelta, Westminster Abbey, el Parlamento y el Big Ben. Por la tarde, el Támesis y sus puentes y a dormir prontito. Al día siguiente, Piccadilly Circus, Leicester Square, el Barrio Chino y, dirección a Regents Park, sigues por Oxford St., Marylebone y Camden Town a comer y pasar la tarde en su mercado, uno de los más variopintos que he visto.

La cosa se complica, y ya puedes multiplicar los dias, si quieres ver el Museo de Cera, la National Gallery, la Tate, el Museo Británico, etc. Y valen la pena, desde luego. También, ya que estás, habrá que gastarse un duro y, una noche, pegarte el gustazo de ver Los Miserables, el Rey León o cualquiera de los musicales en cartel. Y si te gustan las compras no te digo: un día más para Harrods y Selfridges. Total, un no parar.

A Londres he viajado, con èsta, 4 veces, y no me cansa nunca. Esta vez he estado 6 días y no me ha sobrado ni medio. Naturalmente, también he pasado por el edificio que fuè el Reform Club y por la National Geographic Socity para impregnarme de espíritu viajero y presentar mis respetos a la estatua de Livingston. Un colega.

Para ir a Moscú cojo un aviòn con escala en Riga. Antes del embarque pasan 2 policías escoltando a un tiparraco con pinta de bandido violento y taleguero. Cuerpo nervudo, cabeza rasurada, tatuajes pandilleros y cicatrices de mal augurio. Imagino que se llama Petrov. En cualquier peli que se precie, ese elemento mata a los polis y secuestra el aviòn y a todo el pasaje.

Nos reciben 3 azafatas de calibre 9 mm Parabellum tipo bellezones sovièticos  XL de peli de James Bond. Uniforme azul oscuro, chaqueta guerrera entallada, cinturón fino, falda tubo hasta las rodillas, medias y zapatos de medio tacón. Dos de  de ellas ojos azul gélido y la otra rasgados y de tono indefinible. Sonrisas encantadoras y miradas penetrantes.

Localizo 4 asientos detrás del mío al «bueno». Un ruso de 1’90 Mts, 85 kg, pelo cortado a cepillo, nariz elegantemente rota y barba y bigote recortados. Tipo militar de las Fuerzas Especiales. Decido que se llama Yuri. Ya estamos todos. Me quedo más tranquilo. Normalmente me daría igual porque, como es público y notorio, dominó todas las artes de matar. También es de sobras conocido que mi imponente figura ya hace desistir a los granujas de sus malas intenciones, aunque siempre hay el imbècil tozudo y temerario que, a pesar de todo eso, insiste en cabrearme lo cual, por otro lado, ya me gusta porque entrar en acciòn mantiene mis músculos de acero en la tensiòn y elasticidad que los caracteriza. Peeeero, ahora, una tendinitis en el hombro me tiene un poco handicapado así que, si hay jaleo, dejarè el protagonismo a Yuri. El chaval también merece sus minutos de gloria.

Bueno, si todo va bien esta noche dormirè en Moscú. Si no, …ya vemos.

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4 COMENTARIOS

  1. Querido amigo, te pido encarecidamente que no hagas uso de tus dotes de luchador, Comportate!
    Mide tu brutal fuerza y habilidades en artes marciales y disfruta, un abrazo.

    • Pulpejoman! Erase una vez un hombre a un pulpejo pegado… Si un superhéroe como tú me lo pide no puedo negar un ruego a un colega, así que atemperarè mis destructivas dotes. Daría mi reino por un pulpejo como el tuyo! Salud.

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