Japón (1). Tokio: Campo Base.

4
2870

Cambio de idioma, costumbres, estética, moneda, comidas… Cambio total de registro.

Lo primero, 11 días con mi hijo Ramón, compañero de tantos viajes. Desde sus 5 años y hasta los 18, cada año hemos hecho, por lo menos, un viaje juntos: Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos, China, Sudáfrica, Marruecos, Nepal, Egipto… Ahora, por unas razones y otras, hacia demasiado tiempo que no nos montábamos una buena aventura juntos. Y aquí estamos: Japón.

Recuerdo que el fin de semana antes de cada viaje, cuando Ramon era pequeño, nos «entrenabamos» para la aventura viendo en Sa Riera los videos de Indiana Jones. Ya ves. Ahora no cuela y, sin entreno ni nada, nos encontramos en el Aeropuerto Narita y nos disponemos a descubrir juntos este otro pedazo de mundo.

Cómo Ramon tiene poco tiempo y no puede deambular como yo, si queremos aprovechar bien el tiempo, pido ayuda a unos amigos que conocen bien el psis. Juntos montamos el itinerario y ellos se encargan de alojamientos y facilidades.

Llegar a Tokio desde Rusia es como pasar de 1.950 al 2.025 en un abrir y cerrar de ojos. ¡Què ciudad! ¡¡Madre de Dios y del Amor Hermoso!! ¡¡¡Què megápolis!!! Algo así como la organización del caos, cómo llegar a otro planeta semejante pero totalmente diferente.

Tokio, con casi 15 millones de habitantes (37 millones en el área metropolitana) tiene el doble de densidad urbana que Nueva York. Más que una ciudad, es un conjunto de ciudades. No te la acabas ni en 1 mes. Cada barrio tiene su personalidad: tradicional, ejecutivo, manga, marítimo… No sè ni por dónde empezar a escribir.

La gente es la amabilidad personificada. Respeto, trabajo, sonrisas… Una pasada. La educación cívica es de una dimensión desconocida. La ciudad está limpia que puedes comer en el suelo y no hay ni una papelera. Simplemente, la gente no tira nada, no ensucia, no hay nada que limpiar. En los pasos cebra, la gente no se agolpa, nadie invade el espacio vital de otros, las colas son naturales, todo funciona como una cadena de montaje perfecta. Visten con una estètica impactante, pulcra y fashion, a veces rallando en la ciencia ficción. Ellos, simples, mucha camisa blanca y traje oscuro o, los más canallas, tipo beisbolero, manga o looks sorprendentes, coloristas y estridentes con personalidad. Ellas, vaporosas, minimalistas, anime, románticas…  Todos con sus parasoles y mascarillas antipolucion…

Más: la comida. ¡Que te voy a decir! Sushis, carnes al grill, arroces, sopas ramen, sao mai, gyozas… Aromas de comida asiática por todos lados. Siguiendo el hambre de Ramón, ahora sí voy a comer como un niño grande.

Más y más: los jardines. Cuidados hasta la perfecciòn, silenciosos, con estanques de cuento, rodeados de rascacielos… ¿He dicho rascacielos? Tokio es arquitectura de vanguardia a tope, a veces de dudosisima interpretación, pero siempre de grandiosidad impactante y endiosada, como queriendo tocar el cielo, soportar terremotos y retar todos los límites.

En 2 días ya he visto lo suficiente como para decidir que aquí monto mi campo base y, desde aquí, iré decidiendo próximos pasos por el país.

Todavía mas cosas: el idioma, un poco complicado, eso sí. Oigo que el conserje de mi hotel me dice al pagarle algo así como «Domo kiosketè» y supongo que querrà decir gracias. Más tarde, por curiosidad, lo pongo en el traductor del móvil y me dice que eso significa «Puedes jugar con mis pelotas». O es la entonación, o la ortografía, o el muy graciosillo se ha pegado un hartón de reír a mi costa. Total, que mejor no meterse en camisa de once varas. Bastante faena tienes con las infinitas repeticiones del «gracias», «Arigato gozaimas», y reverencias varias de despedida que, si pretendes corresponder, te hacen entrar en un bucle del que no sales sin una lumbalgia de ingreso hospitalario. En cuanto te vas de un lugar, un restaurante, por ejemplo, empieza el camarero o camarera con los «Arigato» en sus diferentes formas, repetido incansablemente, pero es que, en seguida, empiezan a salir de todos lados, como en una emboscada, encargados/as, cocineros/as, propietarios/as, etc, etc, repitiendo igualmente y a la vez, lo saludos, inclinaciones y fórmulas de cortesía. Si respondes a ese fuego cruzado sin escapar a toda prisa, acabas rozando el ridiculo dando vueltas sobre ti mismo como un muñeco animado. Parece una actitud cobarde si quieres, pero mejor es huir a toda prisa sin vergüenza alguna. Ellos no pararán hasta que salgas por la puerta, así que es bueno recordar aquello de que, a veces, una retirada a tiempo es una victoria.

Curiosidades: las que quieras. No sé puede fumar por la calle salvo en áreas para fumadores y, en cambio, los restaurantes pueden elegir entre ser para fumadores o para no fumadores. Con libertad. Vamos, como en casa. En lo público se hace lo que dice el Ayuntamiento, en lo privado lo que dice el propietario.

Los w.c….mencion aparte. ¡Poooor faaaavoooor! ¡Què cosas! Tienen más prestaciones que mi furgoneta. Había oído algo sobre el tema, pero no estaba preparado para la realidad. Tienen piloto automàtico, chorrillo directo al ortete, calefacción, aspirador, desagües de varios tipos e intensidades…¡qué sé yo! Sólo te digo que, al final, te vas poniendo neurotico y tenso porque te preguntas a ver qué màs harà «esto». Total, todo tranquilo.  Resultado: como el culito de un niño, blanco, impóluto e inmaculado.

De entrada, me encanta esta ciudad, este país y su gente. Aún acostumbrado por las pelis americanas a odiarles por malos y kamikazes yo, ya antes de venir, sentía que aquí estaría bien. Confirmo: aquí estoy muy bien. Y, entre nosotros, me gustan más los japos que los yankees y, si me das a escojer entre los samuráis y el 7° de Caballería, o entre Rambo y Son Goku, no hay color.

Mañana, mi primer tren bala. Cómo el Transiberiano, vamos. Un día en Kioto y empezamos el camino Kumano Kodo.

NOTA. Dos aclaraciones:

Para cortar de raíz la rumorología, confirmo que es cierto que el cachondo de mi hijo me ha hecho una foto con un luchador de Sumo. No pienso, por más que insistais, hacerla pública. Solo la enseñarè a seres humanos de probadisima confianza, por lo que, amigotes de Begur, absteneros de suplicar. No estoy dispuesto a pasar el resto de mis días expuesto a vuestra coña lacerante.

Por el contrario, no, no existe foto ni documento gráfico alguno de un servidor con kimono. De Ramón si. Bueno, con una espècie de kimono, el Yukata. Le encantan. Cada loco con su tema.

Show more
IMG_20180520_104411_476

4 COMENTARIOS

  1. Hola pequeño saltamontes! Magnifico relato de un Pais especial que a la par único, ya estoy nervioso por verte al lado de un luchador de Sumo, porque creo que yo soy uno de tus amigos de los cuales sabes que seria incapaz de utilizar como arma para abrir debate de coña hacia tu persona, dicho esto manda ya esta foto, ya estamos nerviosos, la mesa del rincon se ha quedado sin temas! Un abrazo.

    • Hola hola. No sé còmo decírtelo para no incomodarte pero, obviamente, tú serías una de las últimas personas a las q se me ocurriría enseñarle el documento gráfico al q te refieres. Mi deambular por el mundo ni me ha restado cordura ni mucho menos memoria sobre determinadas frases o palabras mías a las q te has lanzado con fiera avidez para hacer sorna y escarnio hacia mi persona. Recuerdas «iceberg», por ejemplo? Así que, amigo, anda y que te den bambú! Salut.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí