En las diferentes publicaciones sobre Japón, por acumulación de contenido, me he ido dejando toda una serie de pequeñas grandes experiencias vividas en este inacabable país.
Si los otros 6 relatos de Japón fueran algo así como los platos principales de un menú degustación japo-viajero, estos serían los postres, el café, la copa y el puro.
KIOTO.
Kioto es tradición, comercio, cultura…y geishas. Sinceramente, a mi no me flipa, quizás porque lo mío no son los templos y los museos. Muy turistificado para mi gusto. Gueishas de verdad no creo haber visto, aunque el turismo se retroalimenta a partir de la costumbre de alquilar vestidos tradicionales para pasear por la ciudad. Lo dicho, quizás no capté la «atmósfera». Para mí, regularín.
TREN BALA.
Lo del tren bala y, en general, la línea ferroviaria japonesa, es pura maravilla y, viniendo de Rusia, alucinas en cada viaje. Velocidad, atención e información de primera, asientos amplios y cómodos, a veces incluso zonas para fumadores y wiffi, posibilidades de comprar en el tren o en las estaciones, y a buen precio, «bentos», esas bandejitas de comida tipo avión con todo tipo de exquisiteces, una organización de brigadas de limpieza rápidas y eficaces… Por cierto, imprescindible para viajar por Japón el JR Pass. Japón no es caro, pero si no compras el JR los transportes encarecen mucho la vida. Si olvidas eso, entones sí que debes ir preparando dinerito.
SHIKOKU.
Desde Tsumago a Kochi, me presento al examen final del máster en Orientación en Estaciones de Ferrocarril Japonesas. Diez horas de viaje, un autobús y 4 trenes, entre 6 minutos y 39 minutos de transbordo de unos a otros. Aprobado con nota. Por lo visto, el senderismo en Shikoku está poco valorado. Les gusta más el ciclismo, la pesca y el rafting. En la zona de Oboke, Yamashivo e Iya, simplemente no hay senderos. Subo al monte Míune, 1.400 metros, 6 horas ida y vuelta. Llegar a una cima, aunque sea pequeñita, siempre es una gozada, y las vistas un regalo pero más que destacar porque, de toda la ascensión, solo los últimos 2 km son sendero. Lo demás es carretera local, bonita y sin tráfico alguno, pero carretera.
HIRAYU
SI se va a los Alpes japoneses, Hirayu es un lugar genial para recalar. Es un pueblo termal, bien comunicado, donde hierven los huevos en las fuentes y en cada esquina ves a gente dándose baños de pies. Allí me alojo en el hostel/ryokan de una señora que se quiere convertir en mi abuela japonesa. Pequeñita, vivaracha, todo el dia está trabajando en una cosa u otra. Pero lo que más le gusta es reñirme. Encantadora. Duermo allí 4 días, y 3 me hace cambiar de habitación según va teniendo que organizar su demanda. El último día me pone con un futón en el comedor. Yo feliz, porque es una casita de cuento con un onsen fenomenal para después de las caminatas por la montaña. Estoy viciado con los onsen.
No sé por qué me riñe. Me lo dice todo en japones. A veces me pongo los zapatos que no tocan, porque allí hay zapatos de calle, zapatos para el hall, zapatos para el lavabo, zapatos para la habitación… Creo que también me riñe porque estoy demasiado delgado. Se pone rabiosa como el enano gruñón, a mi me hace gracia y acabamos riéndonos los dos.
Yo no sé si porque me ha cogido cariño o porque le doy pena con mi pinta de vagabundo pero el caso es que, cuando me voy, se niega a cobrarme ni un duro. Me regala toda la estancia en su casa. Abrumado con la hospitalidad japonesa. Es un alucine.
TÓPICOS
1.- Japón es caro. Mentira. No es Rusia, no es Senegal, no es Indonesia pero, con 4 normas básicas, no te arruinas. Un viaje de 12 ó 15 días, a un nivel medio/alto, te puede costar 1.500 euros. Busca eso en la Costa Brava. Eso sí, ya lo he dicho y no me canso de repetirlo: básico el JR Pass para trenes. En cuanto se te acaba, el taxímetro empieza a correr como loco.
2.- La comida típica de Japón es el sushi. No es verdad. Hay mucho sushi y derivados, pero también hay un montón de sopas, pasta, arroz y, sobre todo, carne. Al que le guste la barbacoa aquí será feliz. Tienen de las mejores carnes del mundo, aunque a mí, dame un entrecot de Girona.
3.- Los japoneses son serios. En absoluto. No son la alegría de la huerta, pero, sobre todo, son prudentes y respetuosos y, por eso, pueden parecer seriotes. Pero dales un poco de cuerda y un par de vasos de sake y son tan cachondos y divertidos como el que más.
CRUCES
Si, todo tiene su cara y su cruz, y Japón también.
Por ejemplo, no me gusta el crecimiento sin racionalidad ni gusto de ciudades medianas como Takayama o Kanazawa. Mantienen sus casas aldeanas sólo como barrio turístico y comercial matando su encanto, y se desarrollan sin medida a base de cemento y hormigón.
Más. La tasa de natalidad es muy baja en Japón y a los niños se les mima de manera ridícula y grotesca. Pero vamos, éste creo que es un problema universal. En casa pasa lo mismo y la gente no lo ve. Da pena. Es una actitud que crea seres débiles, pasto del consumismo, labrandoles un futuro de lo más incierto.
No sé si tendrá algo que ver con eso, pero tampoco me gustan ciertas actitudes como prácticas de propaganda comercial utilizando niñas disfrazadas de personajes de anime y otros shows para adultos con un tufillo desagradable.
También es muy discutible la política pesquera y medioambiental de Japón. Habrán de adaptarse a los valores del siglo XXI. De todos modos, el que estè libre de pecado que tire la primera piedra. En casa hemos acabado con nuestra fauna marina en menos de 30 años. Por lo menos aquí, quien quiera, todavía se puede comer una ración de percebes por 6 euritos ¿Será porque lo han cuidado mejor que nosotros?
ULTIMO DÍA EN JAPÓN
Naturalmente, paso mi último día en Japón en su capital y estandarte: Tokio. Camino más de 8 horas, vuelvo a ver cosas ya vistas y vuelven a sorprenderme y a encartarme con matices nuevos. Tomo una cerveza en el Open Marquet de Tsukiji, paseo por Guinza, Ueno, Kanda, Akihabara y todo lo que se me pone por delante. En comida y cena, me zampo el último sushi, los últimos gyozas y un trozo de buey japones. Por la noche escribo estas últimas notas sobre este país que me ha sorprendido como muy pocos otros en el mundo.
Y ahora sí, con todo el dolor de mi corazón, dejo Japón. Próxima parada: Filipinas.
Pd. Si quieres saber más sobre Japón, los amigos de Japon Alternativo te cuentan más en su blog: www.japonalternativo.com/kioto/