Ha vuelto a salir el sol. Las pastillas de Dialloba y las horas de sueño han hecho el milagro: de sentirme a morir paso a consciente y orientado con las constantes vitales en perfecto estado de revista. Volvemos a la carretera y, dos ruedas destrozadas despues, llegamos a la Falisse, el Desfiladero de Bandiágara, un acantilado de 150 kilometros de largo y de 100 a 300 metros de altura en medio del mar de arena que une Mali y Burkina Fasso. Naturaleza creada a lo bestia. Ya estas en el pais Dogón, hay que bajar La Falisse, y aqui te va a pasar de todo.
Como escoger, de todo lo que he vivido allí. ¿Qué escribir del Pais Dogón?
Primero, unas horas de desierto de piedras. Hay de salir temprano porque a mediodia sólo podrás respirar calor. Dialloba tiene malaria y no me puede acompañar. Ya lleva dias malo. Me espera arriba descansando.
Y empiezas a bajar el desfiladero pasando por aldeas tribales en la Edad de Piedra. En las casas, trofeos de caza, monos desollados, puertas de artesania impresionantes. En la gente, hombres con rostros negros y duros, nobles, sonrisas desdentadas, mujeres risueñas, moliendo mijo y tejiendo, y niños, muchos niños jugando a todo sin nada.
A los pies de La Falisse, durante 3 o 4 dias caminas y caminas, cuando te deja el calor, y vas de aldea en aldea y de campamento en campamento, con la vida al acecho e impactandote de imágenes: Un termitero, un boabab, caimanes, un pastor de cabras con ganas de hablar…sorpresas, siempre sorpresas. En los campamentos, un plato de comida, una coca cola caliente, un camastro y un agujero con puertas para hacer tus necesidades en la «intimidad». A veces, una ducha sin ducha pero con un cubo de agua. Aqui el agua va cara. Las mujeres tienen que caminar horas, desfiladero para arriba, sólo por conseguir un cubo grande de agua. Lugares dificiles para la gente elegante. Te has ido de la comodidad de tu casa a la otra punta del mundo y del tiempo. No todos valen para eso. Determinadas sensibilidades aqui son heridas de bala en cada esquina. Conozco algunos a los que le ha dado una depresión de caballo en la primera semana y no han podido dejar de llorar hasta cojer el avión de vuelta.
Lo dicho, caminar y caminar, cien sensaciones y experiencias diarias, calor, sed, una garrafa de gasolina con agua para hidratarte…De comer, mijo con salsa de tomate o arroz con salsa de tomate. De cenar mijo con salsa de tomate o pasta con salsa de tomate…Mucho polvo. Al tercer dia no recuerdo de qué color eran mis pantalones…Moscas tambien, mucha mosca hambrienta e impertinente.
Una noche, despues de cenar, subo a dormir al tejado. Tienen siempre una escalera puesta. Dentro de estas construcciones de barro no se puede dormir de tanto calor y, ademas, …las víboras no pueden subir al tejado. Estaba yo pensando en eso, mirando Bandiagara con un cielo estrellado de luna llena y, delante de mi, veo una serpiente de antorchas subiendo por el desfiladero. Precioso. Es una fiesta tradicional de los jovenes dogones que van por las aldeas con antorchas y se meten en las casas de las chicas para «prometerse». Naturalmente, aqui vive y duerme toda la familia junta, asi que todo esto se hace con permisos paternos en regla y, me temo, previas negociaciones de ambos bandos sobre si la union en cuestion vale tantas o cuantas gallinas, cabras y caballos.
Supongo que es eso. Para, eso se viaja. Para ver cosas así. Estar alli en directo, en uno de esos momentos, deja imagenes inimaginables por mi mente. O no. No se por qué se hacen viajes de este tipo. Por lo de siempre: porque sí. Porque se alian los astros, los carácteres y las circunstancias. En realidad, a mucha gente le gustaria un viaje asi una vez en la vida. Pero hay que quererlo de verdad y saber a qué vienes. Y, sí, lo raro es volver a hacer estos viajes una y otra vez.
Lo que sí es claro es que, para mi, la atraccion por el pais Dogón viene por las máscaras. Soy coleccionista de máscaras y tengo un montón. Interesantísimas. De todo el mundo. Pero es que aqui, en el Pais Dogón, se hace la ceremonia que está considerada como la Madre de Todas las Mascaradas: el SEGUI. Y lo más parecido a un SEGUI es el entierro de un Hogón, jefe espiritual de la aldea, y yo tuve el honor de ver esa ceremonia.
El SEGUI y mi ceremonia Dogón merecen otro capítulo. Faltaría mas!