PILATOS
AUTOR: Alberto Olguin Mendez y Yolanda Garcia
MATERIAL Madera de colorin
2.022, Coscomatepec, Veracruz, México (AMÉRICA)
La danza de los Santiagos es una variante de Moros y Cristianos en la que se recrea la batalla entre el Señor Santiago y los “moros infieles”. Su origen en México se establece en la primera mitad del siglo XV, y ambas danzas están ampliamente distribuidas en el centro y sur del país, así como en Guatemala y otros países de Centroamérica.
Los cristianos son encabezados por quien da nombre a la danza, Santiago Apóstol, quien porta en la cintura un caballito de madera, objeto considerado una entidad divina a la que se le debe guardar respeto y tributar ofrendas. La fiesta de Santiago coincide con la temporada de lluvias por lo que la devoción al personaje se relacionó directamente con la petición de lluvia abundante y buenas cosechas.
El líder de los moros, tipo cómico de la danza, es el Pilatos que, ataviado con un tricornio, carga a los niños y asusta a los concurrentes con su máscara de facciones malvadas. Tiene rasgos de demonio con cara roja y ojos saltones, pero no es un diablo, es un humano conquistado por la maldad.
Los moros y los cristianos dirigen a sus legiones, y ejecutan su danza con pasos coreográficos firmes, mostrando la gallardía de cada uno de los personajes y recreando las batallas entre estos dos ejércitos durante la época de las cruzadas en la Europa medieval.
El nombre de Pilatos obviamente es derivado del romano Poncio Pilato. No hace falta mucha fantasía para imaginar que alguien, quizás poco docto en Historia, pusiera el nombre del Prefecto responsable de la crucifixión de Cristo al líder de los moros como representación o identificación del Mal.
Durante la época colonial, los evangelistas usaron las máscaras y danzas mexicanas como instrumento de evangelización con el tema central de la lucha entre el Bien y el Mal. La danza-drama de Moros y Cristianos es un claro exponente de esta instrumentalización.