GIULLARE COLLARE
AUTOR: Atelier Russo
MATERIAL: Papier maché pintado
1.990, Venecia, Italia (Europa)
Bufones y juglares no son exactamente lo mismo, desde luego. Y más liamos si hablamos de trovadores. Pero todas estas profesiones tienen el mismo origen.
El término bufón se refiere a todos aquellos artistas que, en la Edad Media, se ganaban la vida actuando frente a una audiencia, fuera en la corte, en fiestas privadas o en las plazas de los pueblos: actores, magos, mimos, músicos, cuentacuentos, entrenadores de animales, bailarines, malabaristas. Entre los siglos XIII y XIV, los hombres que vivían el día a día haciendo de narradores, payasos y acróbatas, se convirtieron en el único elemento de unión entre la literatura y el pueblo.
Para algunos, los juglares son considerados los primeros verdaderos profesionales literarios porque vivían de ese arte y desempeñaron un papel muy importante en la difusión de noticias, ideas y formas de entretenimiento. Realizaron sus actividades de diferentes maneras y utilizaron las técnicas más dispares, de la palabra a la música y de la mímica al canto. Para otros, los juglares eran músicos y payasos ambulantes de clase baja, y no eran compositores, ya que se limitaban a copiar y plagiar las canciones de los trovadores. No actuaban en castillos ni palacios, donde eran considerados vulgares y soeces, sino que lo hacían en las plazas de los pueblos.
En todo caso todos ellos eran personajes itinerantes que viajaban de pueblo en pueblo sin un lugar de residencia fijo. Los juglares fueron viajeros incansables, nómadas por profesión, que se ganaban la vida en la farándula, más o menos refinada, y de contar historias de lugares mas o menos lejanos. Pensándolo bien, en algo se parecen a mi…