Tengo ilusión por conocer Myanmar, pero también cierto respeto. La antigua Birmania ha estado herméticamente cerrada al mundo por el régimen militar hasta no hace más de 3 años. Todavía muchas zonas están restringidas o prohibidas y hay un conflicto civil latente con puntos muy tensos, como el tema Rohingyas. No hablaré de ese tema si no es en presencia de mi abogado.
Una pausa: Recuento de daños y control de presupuesto.
Cuerpo.- Voy bien. Algunas picadas feas, seguramente mordiscos de sanguijuelas, y una brecha en la frente. Todo va cicatrizando correctamente. Peso estabilizado a la baja. No hay quien me saque de los 57 Kg. Gripe superada y muelas en estado alfa. Me infiltré el hombro izquierdo por una lesión antes de salir de viaje y se está despertando el muy cabrón, pero soportable. Por suerte, la madre de mi hijo, Rosa, me hace de camión de asistencia médica on line.
En verdad, como los galos de Astérix, lo único que temo es que caiga el cielo sobre mi cabeza. Callejeando por Ekaterinburgo, me cayò al ladito un trozo de balcón de casa en ruinas y, en Luang Prabang, paseando por el jardín de una pagoda, un coco se estrelló con un ruido sordo a un metro de mi cabeza. Después de todos los líos en que me meto, no concibo manera más ridícula de morir que me parta la crisma un coco mientras hago una foto o tomo el sol en la playa.
Mente, alma y espíritu.- Llevo bien la soledad y la nostalgia. Están ahí, pero no duelen. Un poco atribulado por la cantidad de gestiones de viaje: decisión y organización de trekkings, transportes, hospedaje diario, control de mochila, visados, moneda…. Parezco una agencia de viajes. Con un solo cliente, pero se mueve mucho.
Equipo.- Herido y perjudicado, la verdad. Cinco meses ya de guerra. Mis gafas de leer, sombrero y pantalones están a punto de fallecer. Y mi bota izquierda se ha vuelto a abrir, esta vez por el lado derecho.
Presupuesto.- Todavía voy pasado de gasto previsto en algo más de un 10%. Estoy, a fecha de ayer, a un promedio de 56,5 €/día desde que empecé este viaje. A ver qué se puede hacer.
Al tajo. Rangún, la capital de Birmania, es uno de los nombres de ciudad míticos para un viajero, como Bombay, Katmandú o Lassa. O lo era, porque ahora ya no se llama Rangún, si no Yangón, y ya ni siquiera es la capital del país, país que, por otro lado, tampoco se llama ya Birmania si no Myanmar. Y Bombay ahora se llama Mumbai, Katmandú creo que todavía està en manos de los islamistas radicales que se han cargado todos sus tesoros culturales, y Lassa…Lassa no es la capital del Tibet porque Tibet ya no existe como nación. Se lo ha merendado China. Tempus fugit.
Lo primero que me sorprende en Yangón, es que la mayoría de los hombres viste el tradicional pareo birmano, habitualmente largo hasta el suelo, y ellas visten con pareos o vestidos tipo sari más livianos. También algunos se han occidentalizado, pero son minoría.
Pasear por Yangón es un placer visual inconmensurable. Es, de día y de noche, como un enorme mercado callejero. Myanmar es una encrucijada de caminos entre India, China y sureste asiático, y los diferentes genes parecen en continua guerra de preponderancia. Mi percepción es que gana la etnia india. Las fisonomías no engañan, y el aroma de la ciudad es claramente indio. Incienso, especias… Encuentro un zapatero callejero que me cose las botas, me compro unas gafas nuevas y me zampo, en un restaurante indio, pollo masala y chapati mientras mi dedo va haciendo fotos como si le hubiera dado un tic de loco de atar.
La ciudad, que, a principios del siglo XX, era una de las ciudades mas modernas del mundo, tras terremotos y guerras es, ahora, decrépita y desvencijada, prácticamente en estado de ruina. Se cae a trozos, aunque se están restaurando poco a poco los antiguos edificios coloniales. Se mantienen, eso si, como si a su alrededor no pasará nada, algún hotel, los bancos, naturalmente, y, como no, los lugares de culto religioso. La religión es un negocio rentable en todo el mundo.
Camino todo el día, casi 30 km. El barrio chino, el barrio indio, el antiguo barrio colonial, el lago, Shwedagon Paya y un montón de pagodas mas… Sacerdotisas budistas con túnicas rosas, una rotonda con una pagoda de cientos de años de antigüedad en medio, pegotes de maquillaje thanaka en las caras y brazos de todas las mujeres y muchos hombres, bandadas de palomas carroñeras, una extraña flema en la gente que parece no inmutarse por nada ni por nadie… Un espectáculo.
Está lloviendo mucho por todo el sur. Parece ser que, mas abajo de Yangón, las carreteras están impracticables y las ciudades y pueblos tienen enormes problemas de servicios, así que decido irme ya para el norte. Quiero pasar unos días en la zona del lago Inle. El tifón Mangkhut está en Cantòn, demasiado cerquita para mí gusto, después de haber dejado casi un centenar de muertos y desaparecidos en Filipinas, y en Yangón hay unas ráfagas de viento que no me gustan nada. Me entran las prisas por salir de aquí
Un bus, lujosisimo para lo que estoy acostumbrado, me lleva a Kalaw, el pueblo desde el que salen los trekks al Lago Inle, y me suelta alli a las 4,30 de la madrugada. Tampoco he reservado alojamiento. A ver qué hago yo a estas horas…
Pregunto, sin mucha esperanza, por un bar abierto para desayunar, y me dicen que, a 200 metros de la estacion, hay uno. Allí me encuentro un grupo de 10 o 12 chavales argentinos que acaban de llegar de Bagan y esperan un guía para un trekking al lago. Viendo que Kalaw es poco más que una calle y un mercado, decido irme hoy mismo. Los argentinos acortan el recorrido con un coche y llegan en 2 días/1 noche y el grupo ya está cerrado, pero la agencia me dice que a las 8,30 sale otro trekk de 3 días/2 noches. Me apunto. No ha sido una noche tranquila en el bus, pero ya apetece caminar. Serán, en total, 70 km hasta Inle…
Seria enorme percibir los olores de los mercados y comederos callejeros,los ruidos de las calles y los silencios de las selvas si los hay. Bravo Naxo ???
Holaaa Carlos! Benvingut al blog. Y tanto que los hay! Por todos lados olores, sabores, sonidos, imágenes y sensaciones. Este viaje es una sobredosis para todos los sentidos. Una abraçada. Penso amb vosaltres.
Hola Nacho estamos comiendo un bocata y eres tema de conversacion , todos pregunta cuando la vuelta y Carlos dice que aun no , tienes que ir a Australia y Nueva Zelanda. Miguelon preocupado por las sanguijuelas ( por si te pican en los ……..» y se acorta unos centmts )Todos un poquito nostalgicos pero contentos por tus explicaciones y disfrutando de tus fotos . Bueno no me enrrollo mas un besazo de parte de todos ???????
Hola Pili! Pues no, no toca volver todavia. Quedan meses todavía. Creo que todo el invierno por lo menos. Me gustaría estar celebrando esta noche con vosotros mi cumple con una cenita en el Juan y, luego, un fuego en la chimenea de casa…pero va a ser que no. El Mundo espera. Un besazo a todos. Alas y viento!
Hola Nacho! Soy uno de los argentinos de Kalaw.
Escuchar la sabiduría de tus palabras fue tan enriquecedor como leerlas. Excelente. Abrazos y ojala los caminos nos vuelvan a cruzar.
Hola Agustín. Muchas gracias. Seguro nos volvemos a cruzar en el camino. El mundo es pequeñín. De entrada mi plan es ir a Argentina el próximo año a pasar las Navidades con mis amigos de allí. A ver si mantenemos el contacto y nos tomamos un Malbec. Tengo una foto vuestra pero desde aquí no sé cómo enviarla ? Creo que la he enviado a Pedro pero tampoco se muy bien cómo se hace por Instagram. Enviadme un contacto de watts o Messenger. Y date una vuelta por el Facebook de Alas y Viento. Allí quizás es más fácil interactuar https://m.facebook.com/alasyviento Un abrazo y recuerdos a todos los chicos.