Myanmar (2) El lago Inle. Fascinado.

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Me pregunto cuánta gente ha dado la vuelta al Mundo en los últimos 100 años. En siglos anteriores pocos, muy pocos. Voy a hacer unas cuentas…

Hay unos 200 países en el Mundo. ¿Podemos contar que 1.000 personas por país han hecho el Gran Viaje? Desde luego, en muchísimos países, quizás la mayoría, ni 1 sola persona en la historia ha tenido esta oportunidad. Pero pongamos 10 veces más, 10.000 personas por país. Pues, con esa hipótesis, 2.000.000 de personas habrían dado la Vuelta al Mundo ¿Me equivoco o eso sería un 0,03% de la actual humanidad?  Tres personas de cada 10.000… No se, pero, en todo caso, es una dimensión de privilegio tan exagerada que me resulta inasumible. No sé.

Haré el trekking al lago Inle con un holandés de 23 años que, sin ninguna relación con Catalunya, se llama Jordi, y con una guía que se llama Anastasia sin nada que ver tampoco con Rusia, los Romanov, ni las princesas. En Myanmar nada es lo que parece.

Primer día, 25 km por caminos con poco desnivel, con vistas preciosas entre arrozales, bosques, antiguas vías de tren todavía en servicio, valles y aldeas de etnias Palaung y Da Nu. Pura vida, pura belleza.

Hoy, una amiga que sigue este blog me decía que encontraba mi viaje “fascinante”, y he pensado que ese era el adjetivo que yo buscaba. Sí, estoy fascinado, vivo fascinado por este mundo que cada día me alimenta de nuevas experiencias sin dejarme digerir siquiera las del día anterior. E intento explicar y fotografiar esto que estoy viviendo pero es imposible plasmar todo lo que veo y lo que siento al verlo. Son una continua sucesión encadenada, interminable y desbocada de olores, imágenes, sabores, sensaciones, reflexiones, sentimientos…

Esta noche, en la cabaña de nuestros anfitriones, después de una deliciosa cena vegetariana con arroz y platillos de judías, coliflor, espinacas y huevo duro, todo especiado como nuestros paladares no tienen ni idea que se puede condimentar la comida, he salido a fumar mi último cigarrillo del dia. En el interior de la cabaña, se oían risas y conversaciónes lejanas en un extraño idioma, y fuera, conmigo, solo me acompañaba el silencio envuelto en el cri-cri de los grillos. Arriba, el cielo con una luna envuelta en nubes y dentro de mi, pensamientos de todo tipo que se agolpaban por ser atendidos con algo de tiempo y sentido…

Y yo me decía: Es como si estuviera dentro de una película. ¿Como explico yo esto? ¿Cómo se explica está catarata de lo que veo, pienso y siento al galope, con escenarios como estos, día tras dia y noche tras noche sin solución de continuidad? Y esto no ha hecho más que empezar…

Jordi es un chico educado, inteligente y centrado. Ha acabado la carrera de abogado y serà un gran penalista. Me recuerda a mi hijo. Y Anastasia es un encanto, una bomba de energía positiva y espíritu de superación. Nos llevamos perfectamente.

Nuevo día. Más camino, más aldeas, más fértiles tierras de cultivo en un día radiante que, por la tarde, se nublará dejando caer alguna gota de lluvia sin más complicación. A media mañana se incorporan al trekk un grupo de 7 personas: 2 parejas d israelíes, otra de holandeses y un francés. Todos gente joven, rondando los 30. Si alguien me pregunta la edad que tengo les contesto: ¿En que pierna? Ya me entienden.

Hay un montón de israelitas viajando. Es costumbre allí viajar unos meses después del servicio militar que dura, mínimo, 3 años para los hombres y 2 para las mujeres. No es fácil la vida allí. Yo no opino. Sinceramente, opinar sobre un tema tan complicado como el problema judeo-palestino sin ni siquiera haber estado allí, basándome en noticias de los medios y cuatro opiniones y lecturas, me parece una temeridad. Tampoco creo que la buena y la mala gente sea una cuestión de nacionalidad. Hay de todo en todos lados. Si tuviéramos menos prejuicios, menos banderas, menos fronteras y, sobre todo, menos y mejores políticos, el Mundo sería un lugar más feliz.

Con tanta gente hay un poco más de barullo y lentitud, Hablan demasiado y el trekk se vuelve un poco paseo por el campo tipo tralarí tralará. Qué se le va a hacer. Yo me coloco siempre un poco por delante o un poco por detrás. Me gusta oír el bosque y los campos. Recorremos 25 km en todo el día aunque, caminar, caminar, entre 6 y 7 horas.

Hoy dormimos en una aldea Pa Oh. La cena resulta otra vez un menú degustación delicioso en una especie de ONU sentada alrededor de una mesa con buenas vibraciones y, a las 9, todo el mundo a la sala dormitorio común habilitado con delgados colchones y gruesas mantas. Los chavales son todos gente formada y viajada con una conversación fácil e interesante. Mañana a las 6,30, toque de diana.

Anastasia, por el camino, nos va enseñando árboles, frutos y costumbres, nos lleva de visita a una escuela y gestiona el trekk con habilidad. Y fin de trayecto. Llegamos al lago Inle tras 15 km más de caminata. Nos trasladan al pueblo en barco. Casas y cultivos flotantes, pescadores y un cielo claro cierran la etapa.

Han sido 3 días magníficos, aislado del mundo, con un montón de experiencias enriquecedoras. Sigo creciendo con la sutilidad de la aguja de las horas del reloj, casi sin darme cuenta pero sintiéndolo tangiblemente en mi interior. Es como una deriva hacia algo confortable. Cada dia veo mas claro que sólo sé que no se nada, caen algunos de mis dogmas sin estruendo y consolidó valores nuevos con naturalidad. Es una sensación liberadora.

En Inle descubro dos cosas insanas pero muy buenas. Tabaco y vino birmano. Mal vamos. Prometo ser prudente. A cambio, cada día como más fruta y verdura y apetece menos la carne. A ver dónde me llevará todo esto….

En Inle, por primera vez quizás en 20 años, cojo una bici y voy con Jordi a hacer una degustación de vinos en las viñas de Red Mountain. Parece mentira, pero una horita de pedaleo me vale para agenciarme unas agujetas considerables.

Dos días de descanso en el lago recuperando fuerzas y ya me subo por las paredes. La inactividad no me va. Me alojó al lado de una pagoda y a las 5,30 a.m. empiezan los cansinos canticos y oraciones…Una pesadilla. Los budistas tienen, con todo el respeto, menos gracia cantando que un hipopótamo bailando la polka.

Ya he descansado bastante y sigo hacia el Norte. Espabilando que es gerundio. Quiero hacer otro trekk en Hsipaw, en el corazón del Estado Shan.

10 COMENTARIOS

    • Holaaaa Carlos!!! Gracies maco. Faig el que puc Amb aquest «material» que estic vivint las paraules costen de sortir. Tot és increïblement …intens.Una abraçada!

  1. Me pasa igual que a ti Carlos! Todos esos adjetivos y más. Después de una semana durísima de trabajo ( la sanidad aquí está cada día peor y la presión asistencial es brutal!), estoy deseando leer tu blog porque es lo más relajante que me ha pasado hoy!
    Espero que sigas disfrutando y sigas contando, a mi me ayuda a soñar en un mundo mejor o en una vida mejor, porque este país está fatal!

    • Desde luego el país està fatal però también te digo que la ola de porquería está llegando a todos los rincones del planeta. Es descorazonador. En el horizonte solo tenemos seguir viviendo con decencia y gritando bien fuerte contra toda la basura que se nos viene encima. Seguro que algo conseguiremos, poco a poco. Pronto publicaré algo que he escrito sobre eso. Y fíjate, nosotros hemos criado un hijo buena gente. Eso es algo. Y más que podemos hacer. Fuerza!

  2. Estoy de acuerdo. Todos esos adjetivos y mas! Me encantaría atreverme a hacer lo que edtàs haciendo. Mientras tanto, sigue disfrutando y explicando, es un placer y un relax leerte después de un duro dia de trabajo…

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