Pues resulta que en mi cala, Sa Riera, una de las 5 playas de Begur, ha aparecido una ballena varada en la arena y ahora las redes van llenas de comentarios, sobre todo en plan de «què bonito», «què chulada», etc, etc.
Cada vez que pasa una cosa así en algún lugar poco habituado al avistamiento de cetáceos la gente corre a verlo, incluso llevando a los niños, y también resulta muy habitual que algunos vecinos, los más chulos y fuertotes intenten manipular al pobre animal para devolverlo al mar.
Pues nada de «oh que bonito». La verdad es que el pobre, si ha aparecido por aquí, es que está perdido y/o enfermo. Dicen los que entienden que si un animal de mar abierto llega a una cala es para intentar respirar sin hundirse. No tienen fuerza para nadar y llegar a la superficie a respirar el aire que necesitan y, por eso, se apoyan en la arena para poder seguir respirando. Y para manipular animales hay que saber. Nada de voluntarios animosos porque devolviendo un cetáceo varado al mar muchas veces más que salvarlo lo estás matando.
Total, poca broma y poca tontería. Lo que se vió y ahora es carne de redes es la agonía de un ser vivo. Otro trozo de Naturaleza que muere en Begur, esta vez, qué se sepa, sin intervención humana.
Por cierto, vienen elecciones locales…