EQUIPO.- Nada nuevo bajo el sol. Mi equipo está ya muy, muy “atrotinado”. Las camisetas se deshilachan por todos lados, los pantalones tienen rotos y descosidos varios, muy a la moda, y los cordajes y estructura de la mochila sufren de heridas lacerantes y, lo que es peor, un principio preocupante de escoliosis. A este paso llego a casa en pelota viva.
TRANSPORTE.- Los transportes aquí son cómodos y modernos. Brasil es una potencia económica. Ya estoy otra vez en el Primer Mundo. Los buses que salen de las terminales de rodoviario de todas las ciudades te llevan cómodamente y con variados horarios.
Los buses urbanos de Recife y Olinda, y en general de todo Brasil, son los más veloces del Mundo. Cada carrera es un rallye. Y el metro es un circo. Todo muy interesante desde el punto de vista zoológico.
GASTRONOMÍA.- En Rio de Janeiro, en la esquina entre Rua Uruguaiana y la Avda. Marechal Floriano está Casa Paladino, una tienda con aires de principios del siglo pasado donde venden vinos, quesos, embutidos y delicatessen en general con una barra y unas mesas donde se sirven bocadillos, tortillas y raciones. Cenas de picar. Las bolinhas de bacalao son buenísimas.
En Cuiabá es difícil encontrar un sitio bueno para comer. Yo lo he encontrado: Buteco do Quina, en la Plaza Mandioca. Buenísimo pescado (de río claro) acompañado de arroz, ensalada y tapioca. Pedir la vinagreta de la casa (a menos que no os guste el cilantro) Delicioso. Sòlo cenas.
Versão Brasileira en Poconé. Buffet libre y al kilo. Solo comidas. Por la noche no perderse la parrilla de Versão Brasileira, también de la familia Tavares, unas casas más arriba de la plaza. Y, sin miedo, con los pinchitos de picanha pedid caipirinha. El restaurante Tradición de Poconé también está muy bien.
La picanha a la chapa con fritas es buenísima en todo el país. Porciones gigantescas.
Una delicatesen: Los brigadeiros. Pasan por los restaurantes vendedores de esos dulces de leche, cacao y mantequilla. Deliciosos.
En Olinda, Comedoría “To em casa”. Un festival de comida local en forma de plato combinado. Recomendabilísimo.
En Salvador de Bahia, Terraço do Farol, en la playa de Barra: lambreta, caranguejo, camarón… Todo regado con cervecita helada.
Las cenas en las pousadas del trek Vale do Pati son excepcionales.
ALOJAMIENTO.- En Poconé, en el Pantanal de Mato Grosso, sin duda Pousada Recanto de Jaburu. Un pozo insondable de hospitalidad. Desde aquí se pueden organizar las excursiones al Pantanal. Alojarse en una pousada dentro del Pantanal quintuplica el precio del alojamiento.
Muy bonito el hostel Vin Imperial de Petròpolis. Una casa señorial con una amplia terraza y buenos servicios. De lo mejorcito en alojamiento compartido.
INTERNET.- Buena conexión de wifi por todo el país.
TREKK.- Vale do Pati, claro. Por todo: paisaje, variedad, naturalidad, pousadas… y hasta precio. Unos 70 euros al dia todo incluido. Difícil de superar. Po do Sol es una buena agencia.
PUEBLO/CIUDAD.- Salvador de Bahía. Un encanto.
VARIOS.- En Petrópolis una magnífica tienda de artículos de trekking: Mr. Mountain. Rua Visconde de Itaboraí 581, Valparaíso-Petròpolis.
Y una curiosidad: Río de Janeiro es, en fin de semana, la ciudad más aburrida del Mundo. En el centro, partir de las 6 de la tarde del sábado está todo cerrado.
MENCIÓN ESPECIAL.- Conchita y Ava, una vieja y una nueva amiga. Un feliz encuentro en Mato Grosso. Muchas gracias también a Rosanna y Gonzalo por su hospitalidad.
Y Formiga, de Lençois, un guía de los de antes.