EQUIPO.- Mi pashmina. Es una pieza imprescindible en una mochila viajera. Es una bufanda y es una manta extra cuando la noche refresca o viene el frio de verdad. No veas lo bien que me ha ido al pasar del trópico australiano al invierno alemán.
TRANSPORTE.- Los autobuses Flixbus te llevan por toda Europa cómodamente a unos precios muy ajustados. A mí me gusta el tren pero es carísimo.
GASTRONOMIA.- Los embutidos y salchichas alemanas no tienen competidor en el mundo. Seguro que son malos para la salud porque son deliciosos. Me encanta la Langue Rote, la maxisalchicha típica de Freiburg. También allí hacen un vino buenísimo, el Spätburgunder un pinot noir suave, y la kësekuche de Stefans, en el mercado de la Plaza de la Catedral. Todo de 10 sobre 10.
Después de mil años, he vuelto a comer spetzle. Son una especie de espaguetis alemanes. Los como con una escalopa en Tacheles, un restaurante especializado en schnitzels de Freiburg. Tremenda.
ALOJAMIENTO.- El único lugar a buen precio que he podido encontrar en la zona de la Selva Negra es el Black Forest Hostel de Freiburg, un buen lugar para montar el campo base y explorar la Selva Negra desde ahi en excursiones de un día. Hostel hippie y tranquilo donde los haya. No tienen wiffi.
En Saint Etienne, La Maison Rouge. Encantadora. Calor de hogar.
PUEBLO/CIUDAD.- Freiburg es muy, muy especial. Me atrapó. La ciudad es preciosa y el ambiente, joven y universitario, muy agradable. Gente culta y creatividad a raudales.
TREKK.- En primavera toda la Selva Negra debe ser un paraíso para senderistas.
Disfruté con los paseos por Schluchsee y Titisee y su final carnavalero. Una maravilla los carnavales en esta zona.
INTERNET.- Las redes de Alas y Viento han pasado de los 1.500 seguidores. Eso ya es un montón de gente. Muchas gracias.
MENCIÓN ESPECIAL.- Toda mi gente de Begur. No cito a nadie para no dejarme a otros. ¡Tengo ganas de veros!