En el Parque Nacional Calimani me toca aprender una lección. Habia hecho la asignatura varias veces pero, eso, siempre se me olvida Y a veces hasta cuesta caro.
Aqui lo único que hay para hacer son excursiones. Bueno, si eres guay, trekkings. Pues eso, la elección fué ir a «Los 12 Apostoles», un macizo montañoso tipo volcánico con formas de figuras de piedra de las que viene el susodicho nombre.
Nos quedamos a 500 metros. A 500 metros, despues de caminar tropecientas horas.
La primavera aqui es jodidamente primaveral y, en una hora, puede salir el sol, llover, caer pedrizo, venir un viento helado que te cagas y volver a salir el sol como si nada. Yo no pedí información de la predicción meteorológica, chulo que es uno, y la excursioncita fué de órdago. 9 horas de barro a tope, frio, hielo, lluvia, nieve, nervios, caidas, dedos helados, botas y calcetines mojados, bueno, bueno, bueno… A 500 metros nos quedamos. Dá una rabia de perro salvaje pero es que… la montaña a veces gana. Sí, se me habia olvidado. Y mira que es fácil de entender. La montaña a veces gana. Lección aprendida. A ver si se me vuelve a olvidar.
Jornada dura. Miedo. Mal dia. Ya no lo arregla ni una ducha caliente.