BASSARI

AUTOR: Anónimo

MATERIAL: Corteza de árbol

2.000, Ethiolo, País Bassari, Senegal (Africa)

El País Bassari, al sureste de Senegal, es quizás la zona más recóndita y menos visitada del país. Para llegar hasta allí hay que viajar hasta Kédougou y, a partir de ahí, …

Para hacerse una idea, desconozco como están las cosas allí actualmente pero, recién estrenado el siglo XXI, la guía Trotamundos decía de ese lugar: «Los pueblos bassari Ebarekh y Etiolo solo son accesibles a partir de los puestos de guardia del parque de Dalaba y Oubadji. Para que lo tengáis claro, coger la pista que lleva de Kedougou a Salemata es insensato e imprudente. Barrancos, posibilidad de perderse o de tener una avería…La hemos recorrido por vosotros y no estamos dispuestos a hacerlo otra vez.» Yo también la hice y no me arrepiento en absoluto pero, igualmente, no pienso volverla a hacer.

Muchas veces, el valor de una máscara es inversamente proporcional a la dificultad de conseguirla y, en ese sentido, está pieza tiene un valor incalculable en la colección. No creo que existan muchas máscaras bassari en occidente así que, desde luego, el orgullo de poderla exhibir en la colección Alas y Viento compensa los sinsabores de aquel viaje.

NICHE

AUTOR: Anónimo

MATERIAL: Hojas de palmera joven

2.000, Ethiolo, Pais Bassari, Senegal (África)

Los bassari de Senegal son un grupo étnico minoritario aferrado a creencias animistas. Esta es una mascara de sus ritos de iniciación.

A partir de los 10 años,  en primavera los niños entran en la edad adulta con una ceremonia que finaliza con una «pelea» con uno de los mayores. Son ceremonias tribales con música y colorido que espero no se pierdan en la corriente de los tiempos modernos.

La ruta desde Kedougou a los poblados de Ethiolo y Mubarak es, o era hace 20 años, una verdadera aventura. Eran tiempos difíciles. Hoy se pueden hacer trekings organizados fantásticos aunque quizás incómodos, duros y con ciertos riesgos, claro. Es el precio de lo extraordinario.

Antes de las 6 de la mañana salí del lodge en Kédougou para empezar mi aventura. Bajo un árbol, había un anciano mirando el horizonte. El resto de la gente empezaba a despertar. Con mis máscaras a cuestas volvimos al lodge a las 3 de la mañana tras una serie de vicisitudes peliculeras que nunca olvidaré. Allí seguía el anciano bajo el mismo árbol, igual que cuando salí, 20 horas atrás. Supongo que vivía allá y que sólo se movía para seguir la sombra que le cobijaba. A eso, aunque parezca mentira, en determinados lugares del mundo se le llama vivir.

Ver Senegal (y 3) El país Bassari.